El Boalo, Cerceda y Mataelpino, municipios bañados por la Sierra de Guadarrama, guardan en sus entrañas historias milenarias que, poco a poco, comienzan a ser desenterradas. El Cerrillo de El Rebollar, un enclave que a primera vista podría parecer un montículo más en el paisaje serrano, está resultando ser un tesoro arqueológico de una magnitud insospechada. Lo que en un principio se concebía como un yacimiento de interés, se ha transformado en el epicentro de un descubrimiento que podría reescribir una parte significativa de la historia de la ocupación humana en la Sierra de Madrid. Desde el Ayuntamiento, la emoción es palpable, y el compromiso con este proyecto es firme y absoluto.

Un Vistazo a la Octava Campaña: El Origen de un Descubrimiento Asombroso
La expectación era alta al inicio de esta octava campaña de excavación arqueológica. Cada temporada trae consigo la promesa de nuevos conocimientos, pero lo que la campaña actual ha revelado en sus primeros días ha superado las expectativas más optimistas. En cuestión de solo unas jornadas, el equipo de arqueólogos y voluntarios se encontró con un hallazgo que ha dejado a todos sin aliento: todo el cerrillo de El Rebollar estaba cubierto de tumbas. Sí, como lo leen. Un campo santo de dimensiones considerables ha emergido de la tierra, sugiriendo una densidad de enterramientos que es, cuanto menos, impactante.
Este descubrimiento no solo se limita a la proliferación de sepulturas. De manera simultánea, han comenzado a aparecer nuevas estructuras cuyas características aún están siendo minuciosamente estudiadas. La combinación de una necrópolis tan extensa con la aparición de edificaciones desconocidas plantea una pregunta crucial: ¿Estamos ante un simple cementerio, o algo mucho más complejo y revelador?
Más Allá de la Necrópolis: ¿Un Asentamiento Histórico Completo?
La confirmación de un asentamiento histórico completo en El Cerrillo de El Rebollar tendría una relevancia arqueológica e histórica incalculable. Para la arqueología, significaría un avance crucial en el entendimiento de los patrones de asentamiento y las dinámicas sociales en la Península Ibérica. Para la historia, permitiría llenar vacíos en el conocimiento de las poblaciones que habitaron esta región, ofreciendo una perspectiva única sobre su cultura material, sus creencias y su organización social.
El Cerrillo, que antes era un mero accidente geográfico, se transformaría en un libro abierto sobre el pasado, revelando secretos que han permanecido ocultos durante siglos. Podríamos vislumbrar las rutinas diarias de sus habitantes, sus prácticas agrícolas o ganaderas, sus redes comerciales y, por supuesto, sus ritos funerarios como parte integral de su existencia. Este lugar se convertiría en un testimonio vivo de la ocupación humana en la Sierra de Madrid, un punto de referencia para futuras investigaciones y un orgullo para todos los vecinos de El Boalo, Cerceda y Mataelpino.
Un Hallazgo de Gran Relevancia Arqueológica e Histórica

La primera impresión ante la vasta extensión de tumbas podría ser la de una necrópolis aislada, un espacio dedicado exclusivamente al rito funerario. Sin embargo, la evidencia que emerge de El Rebollar apunta a una realidad mucho más intrincada. La gran densidad de tumbas localizadas, que incluyen desde enterramientos dobles hasta sepulturas de individuos juveniles y adultos, ya es un indicio por sí misma. Pero es la coexistencia de estas tumbas con las nuevas estructuras lo que ha llevado a los arqueólogos a formular una hipótesis que podría cambiar por completo nuestra comprensión del pasado de El Boalo: es posible que estemos excavando los restos de un asentamiento histórico completo.
Imaginen esto: un lugar donde los enterramientos no estaban relegados a un área periférica, sino que convivían con zonas de hábitat y vida cotidiana. Un espacio donde las viviendas, los lugares de culto y una intensa actividad funeraria se entrelazaban en un mismo emplazamiento. Si esta hipótesis se confirma en las próximas semanas, El Cerrillo de El Rebollar se revelaría como un núcleo poblacional clave. Este hallazgo no solo nos permitiría reconstruir cómo enterraban a sus muertos los habitantes de la zona en épocas pasadas, sino que, de manera aún más fascinante, nos abriría una ventana a cómo vivían, cómo se organizaban socialmente y cómo se relacionaban con su entorno en este punto tan estratégico de la Sierra de Madrid. Estaríamos hablando de la posibilidad de reconstruir una imagen vívida de la vida cotidiana en una comunidad ancestral, con todas sus complejidades y particularidades.
La Labor del Equipo: Resiliencia y Compromiso
El trabajo de campo no está exento de desafíos, y la actual campaña de El Rebollar ha sido una prueba de ello. Aunque el reciente apagón que afectó a la Península Ibérica el lunes no interrumpió las labores de excavación, el martes se notó la ausencia de voluntarios procedentes del centro de Madrid. La pasión y el compromiso de estos colaboradores son fundamentales para el avance del proyecto, y desde el Ayuntamiento se reconoce y agradece su invaluable contribución. «¡Os echamos de menos!», es el sentir general del equipo, que sigue adelante con una dedicación inquebrantable.
La resiliencia del equipo de arqueólogos, liderado por expertos en la materia, es digna de admiración. A pesar de las inclemencias o los pequeños contratiempos, la meticulosidad y el rigor científico prevalecen, asegurando que cada hallazgo sea documentado con la precisión que merece. Su labor no solo es fundamental para el conocimiento del pasado, sino también para la protección y conservación de un patrimonio que es de todos.
Un Futuro Accesible: Compartiendo el Pasado con Todos

Desde el Ayuntamiento de El Boalo, Cerceda y Mataelpino, la visión va más allá de la mera excavación. Existe un firme compromiso para que en el futuro, esta zona sea plenamente visitable. La idea es ambiciosa y emocionante: la creación de pasarelas y un centro de acogida de visitantes que hará accesible este fascinante pasado a todos los públicos.
Esto significa que, en un futuro no muy lejano, no solo los arqueólogos tendrán el privilegio de adentrarse en los secretos de El Rebollar. Colegios, familias, investigadores y cualquier persona interesada en la historia y el patrimonio podrán recorrer estas pasarelas, observar in situ los vestigios de un asentamiento ancestral y, a través de recursos interpretativos en el centro de visitantes, comprender la magnitud de lo descubierto. Convertir un yacimiento arqueológico en un espacio educativo y de divulgación cultural es un objetivo prioritario, garantizando que el legado de El Cerrillo no solo se preserve, sino que también se comparta y se disfrute por las generaciones presentes y futuras.
Esto es Solo el Principio…
La emoción que rodea a El Cerrillo de El Rebollar es contagiosa. Cada día de excavación trae consigo la posibilidad de un nuevo hallazgo, de una nueva pieza que encaja en el gran rompecabezas del pasado. La historia de El Boalo se está reescribiendo ante nuestros ojos, y este es, sin duda, solo el principio.
¿Quién sabe qué descubrimientos nos depararán los próximos días? La tierra de El Rebollar guarda aún muchos secretos, y el compromiso del Ayuntamiento y la dedicación del equipo arqueológico aseguran que cada uno de ellos será desvelado con el máximo rigor y pasión. Invitamos a todos a seguir de cerca los avances de esta emocionante campaña, porque lo que está sucediendo en El Cerrillo no es solo una excavación; es el renacimiento de una historia.