El Rebollar: Un Viaje a las Raíces Visigodas de El Boalo

En las faldas de la Sierra de Guadarrama, el municipio de El Boalo esconde un tesoro histórico de valor incalculable: el yacimiento arqueológico de El Rebollar. Este enclave, cuyas primeras noticias se remontan a 1953, se ha revelado como un sitio clave para entender la Alta Edad Media en la región. A través de un fascinante trabajo de investigación y colaboración comunitaria, se ha desenterrado una historia que nos conecta con los habitantes de la zona desde el siglo VII d.C.

La Iglesia del Siglo VII y sus Secretos

Las excavaciones realizadas entre 2018 y 2020 revelaron un descubrimiento extraordinario: los restos de una iglesia rural, datada entre la segunda mitad del siglo VII y comienzos del VIII. La edificación, de planta rectangular, cuenta con un ábside cuadrado orientado al este. En su interior se descubrieron doce tumbas perfectamente alineadas, ordenadas en tres hileras, con entierros de adultos y niños. La datación por Carbono 14 y el ajuar encontrado han confirmado la antigüedad de este hallazgo.

Pero la historia del yacimiento no termina ahí. El descubrimiento de un conjunto de cinco dírhams —monedas musulmanas— del siglo IX, evidencia la frecuentación del lugar durante la influencia musulmana. Estas monedas, que datan del gobierno del emir al-Ḥakam I, son un testimonio de la conexión del lugar con la historia de al-Ándalus, un dato sorprendente que amplía el conocimiento sobre los asentamientos rurales en la región.

Vestigios de un yacimiento arqueológico de piedra con muros y tumbas, en un entorno de tierra y vegetación, con las montañas de la sierra al fondo.

Un Enclave de Fe y Reocupación

Las investigaciones más recientes sugieren que la iglesia, visible desde una vía de paso, sufrió una importante reforma, lo que indica que volvió a adquirir su función religiosa. Esta reocupación se evidencia con el hallazgo de nueve enterramientos de bebés en un lugar privilegiado dentro de la nave, cerca de la cabecera. La presencia de materiales y monedas que datan desde el siglo XIII hasta el XVII, confirma el uso continuado del lugar, que la documentación escrita identifica como una ermita dedicada a la Virgen del Sacedal. Es probable que esta imagen fuera la titular de la ermita, un nexo entre la Alta Edad Media y las devociones más recientes.

Restos óseos humanos y objetos arqueológicos, incluyendo un cráneo, expuestos en bandejas en un laboratorio, detrás de una ventana.

La Arqueología al Servicio de la Sociedad

El éxito de este proyecto no se debe solo a los notables hallazgos, sino también a un innovador modelo de trabajo basado en la «Arqueología de Público». A través de la colaboración entre el Ayuntamiento de El Boalo, la Universidad Autónoma de Madrid y los habitantes del municipio, se ha logrado que la comunidad participe activamente en la interpretación de su pasado. Los vecinos, curiosos y escolares han superado su rol de meros espectadores para convertirse en partícipes del descubrimiento de su propia historia.

Este modelo de trabajo ha incluido visitas de escolares y jornadas de puertas abiertas al cierre de cada campaña, donde los directores y voluntarios de la excavación han mostrado los restos exhumados y los objetos recuperados, desde monedas y vidrios hasta humildes tejas y clavos. El objetivo es concienciar a los más pequeños sobre la importancia del patrimonio histórico y arqueológico, y ofrecer a toda la comunidad una oportunidad para conectar de primera mano con los secretos que esconde su tierra.

Proyectos como este demuestran la importancia de la colaboración entre la universidad y la sociedad. Gracias a la fusión de la investigación con la comunidad, se ha logrado no solo desenterrar un pasado, sino también fortalecer el vínculo de los habitantes de la sierra con su patrimonio material e inmaterial. Es un modelo que sitúa a la ciencia al servicio de la cultura y la identidad local.

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