La fe y la historia de un pueblo a menudo se encuentran reflejadas en sus templos. En las localidades de El Boalo, Cerceda y Mataelpino, la arquitectura religiosa no es solo un conjunto de edificios, sino un libro abierto que nos cuenta historias de devoción, ingenio y tradición. Acompáñanos en un recorrido por sus iglesias y ermitas, auténticos símbolos de la identidad serrana.
Ermita de San Isidro Labrador: El Reflejo de la Fe Rural
En el Paraje de Las Laderas de El Boalo, en un entorno de ensueño con vistas panorámicas de la Sierra de Guadarrama, se alza la peculiar Ermita de San Isidro Labrador. Construida con el generoso trabajo de los propios vecinos durante las décadas de los 80 y 90, esta ermita es un homenaje a la profunda devoción que los habitantes profesaban a San Isidro, el patrón de ganaderos y agricultores.
Situada a los pies de la imponente Peña Mediodía y junto a un área recreativa, la ermita es el epicentro de la tradicional Romería del 15 de mayo. En este día, el campo se llena de vida con la participación de vecinos y visitantes, quienes se congregan en un ambiente de fiesta y hospitalidad, celebrando sus raíces y la conexión con la tierra.

Iglesia de Santa María la Blanca: Esplendor Gótico en Cerceda
La Iglesia de Santa María la Blanca de Cerceda, declarada Monumento Histórico Nacional, es un tesoro arquitectónico que fusiona lo mejor del estilo gótico abulense del siglo XVI. Con reminiscencias del Románico y una clara dirección hacia el Gótico, su diseño destaca por una armoniosa esbeltez y la característica decoración de bolas en su cornisa.
Construida con mampostería de granito, con la sacristía en sillería, su interior alberga joyas como una pila bautismal renacentista y un retablo mayor obra de artistas flamencos y españoles. La impresionante talla del Cristo de la Esperanza y la extraordinaria acústica del templo, que permite disfrutar de conciertos de La Coral durante todo el año, hacen de esta iglesia una visita imprescindible para los amantes del arte y la historia.

Iglesia de San Sebastián Mártir: Un Testigo del Tiempo en El Boalo
La Iglesia de San Sebastián Mártir, del siglo XVII, ha sido testigo de la historia y ha sabido adaptarse a ella. Construida en mampostería con sillares de granito, su torre espadaña de dos cuerpos es una sólida pieza de sillería que se alza sobre la entrada. A lo largo del tiempo, el templo ha sido reformado en varias ocasiones, siendo una de las últimas la adición de una galería porticada que protege la entrada.
En su interior de una sola nave, destaca una pila bautismal de granito con decoración de bolas del siglo XVI. El templo alberga la imagen de San Sebastián, patrón del pueblo. Además, en la casa parroquial de Manzanares El Real, se conservan documentos históricos como los libros de fábrica de 1630 y los de bautismos, matrimonios y defunciones desde 1623, que ofrecen una ventana al pasado de la comunidad.

Iglesia de Santa Águeda: La Fe que Renace en Mataelpino
La historia de la Iglesia de Santa Águeda en Mataelpino es un relato de perseverancia y fe comunitaria. Tras el derrumbe de la antigua iglesia de San Andrés, se decidió construir una nueva. A pesar de que los fondos se agotaron en la cimentación, en 1978 los habitantes de Mataelpino se unieron, aportando fondos y mano de obra. Este esfuerzo colectivo permitió ahorrar un 70% del coste y finalizar el templo en tan solo un año.
Con materiales típicos serranos como la piedra y la madera, la nueva iglesia alberga la imagen de Santa Águeda, en cuyo honor se celebra la conocida festividad del Día de las Águedas, una tradición que refleja la fuerza y la unión de esta comunidad.
